Él era el paladín de su corazón
El pasado de Marion Warenne era una pesadilla borrosa. Sin embargo, su presente se alzaba glorioso frente a ella en la forma del magnífico Dunstan de Burgh. Un fiero caballero decidido a ganar la batalla de voluntades que libraban los dos, y empeñado en afirmar que no creía en el amor…
Dunstan de Burgh, barón de Wessex, había oído muchas veces que lo comparaban con el lobo que merodea por los bosques: feroz, valiente y alerta ante cualquier peligro. ¿Cómo podía ser entonces que una damisela de dulces ojos consiguiese escapar a su vigilancia una y otra vez? Y aún peor, ¿cómo conseguía burlar sus defensas y llegar tan fácilmente hasta su corazón?
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