Él estaba empeñado en seducirla... y ella
en no dejarse seducir...
El millonario griego Theo Toyas
desconfiaba de la bella y cautivadora Abby Clinton. Estaba convencido de que,
tras su aire de vulnerabilidad, se ocultaba su deseo de hacerse con la fortuna
de los Toya. Así que se propuso seducirla para hacerla confesar...
Abby se sentía mortificada por la
atracción que había despertado en ella aquel arrogante griego. Pero debía
guardar su secreto... no podía enamorarse de Theo. Debía seguir estando
prohibida para él...