—No haré promesas que no pueda cumplir…
Desde que habían pasado la noche juntos, lo único en lo que
pensaba Matt Hammond era en volver a hacer el amor con Rachel Kincaid. En eso y
en destruir el imperio de diamantes de los Blackstone, vengando a su familia.
Dispuesto a hacerse con el poder, Matt maldecía al destino por hacer reaparecer
a Rachel como niñera de su hijo huérfano de madre.
Teniéndola en casa, las noches eran un tormento, al igual que los
Blackstone. Matt estaba sediento de venganza y obsesionado con una mujer. El
millonario siempre conseguía lo que quería, pero ahora ¿buscaba venganza o el
dulce amor de Rachel?