Cuando se enteró de que había heredado un
rancho cerca de las Montañas Rocosas, Laura Hughes decidió dejar Inglaterra
para empezar de nuevo en Canadá. Sus enormes ojos y aquella encantadora
inocencia no tardaron en atraer la atención de su vecino, Cal Wexford, que le
ofreció un empleo para poder pasar más tiempo junto a ella.
Cal tenía intención de que la suya fuera una
relación meramente profesional, pero Laura estaba despertando en él emociones
que desconocía. Sabía que tenía que conseguir acercarse más a ella. Debía
convencer a esa maravillosa mujer para que se quedara en Canadá, junto a él...