Era
complicado.
Solo hizo
falta un beso de la viuda de su hermano para despertar la llama en el corazón
de A.J. Rahia y convencerlo para aceptar el trono. La tradición obligaba a que
el príncipe convertido en productor de Hollywood se casara con la esposa de su
hermano, pero… ¿podría aceptar como suyo el hijo que estaba en camino?
Lani Rahia
estaba atrapada entre dos hombres: su difunto esposo y el futuro rey. Si
contaba la verdad sobre uno, ¿perdería al otro? Ya se había visto antes
apresada en un matrimonio de conveniencia. Esta vez no aceptaría una farsa por
su hijo. En vez de eso, quería el amor eterno de A.J…. o nada.