miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un hombre de ensueño

Se suponía que una señorita como Adora se casaría con una persona de vida respetable y, sin embargo, iba a dar el sí a Jed Ryder, un motorista que había tenido problemas con la ley en su juventud. Todo el mundo se preguntaba que locura le había dado.


Ella se justificaba a sí misma diciendo que se casaba con Jed Ryder para conseguir la custodia de su hermana. Insistía en que por el bien de la niña estaba a punto de renunciar a su respetable reputación. Pero, en realidad, eso no tenía nada que ver con el modo poco respetable en que se sentía cuando Jed la estrechaba entre sus brazos...

Novio de otra

Cat Beaudine era una mujer fuerte e independiente, que no echaba nada en falta en su vida solitaria. Pero cuando Dillon McKenna, un antiguo novio de Adora, la hermana de Cat, volvió a Red Dog City, su perspectiva fue cambiando poco a poco. Aún así, ¿cómo iba a ser posible que un hombre famoso, rico y tan atractivo como él, se fijase en ella? Sin embargo, el destino le enseñó que en la vida todo puede ser posible...

Jugando con Fuego

¡Ella llevaba escrito P-R-O-B-L-E-M-A-S en todo su cuerpo!
La rubia de largas piernas y ojos azules capturó de inmediato la atención de Mason O'Neill...Como hombre de sangre caliente y como policía. Evidentemente Bailey Grayson estaba fuera de su elemento en las calles de Los Ángeles.  Conque Mason la arrestó para mantenerla a salvo.
¿A salvo de quién?
Mason decidió ayudar a Bailey a encontrar a su hermana perdida...  Pero progresivamente fue atraído por su mezcla seductora de inocencia y erotismo.  Él quería a Bailey en su cama, y ella no se resistía demasiado.
Bailey coqueteaba con los problemas.  Ella no podía ignorar la tensión sexual que chisporroteaba entre ambos...

¡Pero él llevaba escrito R-O-M-P-E-C-O-R-A-Z-O-N-E-S en todo su cuerpo!

Un seductor nato

Cuando Rachel sólo tenía dieciocho años, veía cómo Ricky se relacionaba con algunas de las mujeres más bellas del mundo en la lujosa Villa Azul. En un principio, le había parecido más humano que aquel sofisticado grupo de personas, pero al final acabó decepcionándola: no era mejor que los demás. No era más que un playboy, con el único propósito de seducir.

En aquel momento, se había librado de sus artimañas, pero ahora, nueve años más tarde, Ricky dirigía una gran multinacional que amenazaba con controlar la empresa de Rachel. Ella ya no era la muchacha inocente de antes, pero ¿seguiría Ricky siendo un playboy consumado?

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