La princesa Joelle Ducasse sólo disponía de una semana de
libertad antes de casarse con el hombre que habían
elegido para ella. Joelle sabía que debía casarse por
obligación, y no por amor. Por eso decidió pasar una sola
noche de pasión desenfrenada con un guapísimo
desconocido. Lo que ella no sabía era que ese desconocido
no era otro que el príncipe Leo Borgade... su futuro esposo.
Leo estaba furioso por el comportamiento de su prometida
y creía que debía ser castigada de la mejor manera
posible... ¡casándose!
Resultó que aquel guapísimo desconocido no era tan desconocido