Norina
se percata de que su madrastra la detesta.
Es tan
evidente que su madrastra la rechaza, que cuando ofrece una cena, Norina
inventa una excusa para permanecer en su habitación.
Como se
siente tan perturbada, la muchacha no tiene apetito, así que cuando le suben la
cena al dormitorio, sólo se toma la sopa. El pescado se lo da al gato. Un poco
después se da cuenta de que el animalito yace en el piso y, horrorizada,
descubre que está muerto. Comprende de inmediato las malvadas intenciones de su
madrastra.
Decide
escapar y la única persona en quien puede confiar es el ayuda de cámara de su
padre, Dawes. Este acude a una Agencia de Empleos y le consigue el único
disponible, con el Marqués de Chalamont, quien está ciego.
Consigue
el empleo, bajo un nombre falso y descubre que la ceguera del marqués es sólo
temporal. Como no desea que se burlen de él, se oculta y desea regresar a
Francia lo antes posible.
Cómo
planea la madrastra de Norina destruirla mientras se encuentra allí, cómo la
rescata en el último momento el marqués y cómo soluciona éste el problema de la
muchacha y el suyo propio, se cuenta en esta emocionante novela de Bárbara
Cartland.