Nadie conocía la cara oculta
de aquel matrimonio público…
Las maquinaciones de la
importante familia Manzini habían obligado a Elena Blake a casarse. El reacio
novio, el conde Angelo Manzini, era el mujeriego con peor fama de Italia. En
sociedad, Angelo besaba por obligación a su nueva y tímida esposa. Pero, en su
mansión, la condesa se negó a seguir en la sombra. Ante el desafío de Elena,
Angelo se sintió cautivado por el reto de poseerla.