Había tenido que pasar por
un infierno para pagar por los pecados de su padre…
Quizá aquel mandato real por
el que se tenía que casar compensaría a Christian Dumont por todo lo que había
perdido, pero aún no sabía a qué precio. Porque, aunque casarse con la bella y
rica Emalie Montgomerie no parecía suponer ninguna dificultad, la condesa tenía
un secreto que podría destruirlos a ambos.
Aunque su corazón seguía
siendo puro, Emalie Montgomerie sabía que haber perdido la castidad antes del
matrimonio era un pecado imperdonable para una mujer noble. Y el deseo que veía
en los ojos de Christian le daba esperanzas, pero… ¿aceptaría al bebé de otro
hombre como si fuera suyo?
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