Ella no tenía pasado. Él no
podía ofrecerle un futuro
William Royce no podía
aplacar el deseo que sentía cada vez que miraba a Isabel. A pesar de haber sido
golpeada por la vida, Isabel seguía teniendo un espíritu fuerte que le hacía a
Royce desear lo imposible… una vida libre de oscuros secretos que pudiera vivir
junto a ella.
Aunque no recordaba nada de
su pasado, Isabel estaba segura de que Royce, el hombre que le había salvado la
vida, había sido caballero. Por mucho que se esforzara en ocultarlo, se
comportaba como un hombre distinguido… que despertaba en ella el anhelo de
convertirse en su dama.
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