Argumento:
—¿No hay nada más que ames además de mi casa? —pregunto el vizconde.
Con lentitud, Jemima levantó la vista hacia él. Su corazón dio un
vuelco de emoción.
—¡A ti también te amo!
—Es lo que deseaba que dijeras —dijo el vizconde—. ¡Porque yo también
te amo, querida mía!
Mientras hablaba, la rodeó con sus brazos y sus labios buscaron los de
ella. Jemima sintió como si los cielos se abrieran y surgiera la música de un
coro celestial para envolverlos en un éxtasis glorioso que estaba más allá de cualquier
palabra.
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