viernes, 6 de junio de 2014

Robo de corazones

Le hizo una oferta que no podía rechazar…
Sarah Hewitt no era una ladrona… pero su abuelo sí. Ahora ella tenía que devolver el collar de diamantes que él había robado antes de que nadie se diera cuenta de su falta. Era una misión arriesgada… y se hizo aún más arriesgada cuando Michael Wolff la encontró en su dormitorio… y la atrajo hasta su cama.

El millonario Michael Wolff estaba acostumbrado a que las mujeres lo quisieran por su dinero, pero hasta ese momento nunca había encontrado a una con las manos en su caja fuerte. Las mismas manos que habían estado en su cuerpo la noche anterior. La única solución era hacerle una oferta y esperar que no le robara el corazón.

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