Amy estaba atónita.
Frente a ella se encontraba el fantasma de su difunto esposo anunciándole que
en poco tiempo conocería a un hombre llamado Harry.
Y así fue. Pronto un
apuesto australiano, Harry Griffith, empezó a colmarla de atenciones,
intentando demostrar que era la pareja perfecta... en todos los sentidos.
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