¿Se quedaría en Las Vegas lo suficiente como para
recorrer el pasillo hasta el altar?
Alex Lowell había
ido a Las Vegas a divertirse con sus tres mejores amigas. Había renunciado al
amor y a encontrar al príncipe azul y la única cita que quería tener era ¡una
con sus amigas en el spa!
Pero los días de
descanso y relax de Alex se vieron interrumpidos cuando la recepcionista del
hotel se puso de parto y ella acudió en su ayuda, ganándose así una propuesta
de trabajo del propietario del hotel, Wyatt McKendrick. Wyatt era un buen tipo,
además de sexy, y tentó a Alex a volver a abrir su corazón…
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