Dispuesta a no
hundirse porque su novio la hubiera dejado plantada casi en el altar, Jayne
Cavendish decidió pasar un fabuloso fin de semana en Las Vegas con sus tres
mejores amigas. Volvió a casa con un nuevo look, relajada y… ¡con una nueva
norma según la cual los hombres no entrarían en su vida!
Pero Tristan
MacGregor, el mejor amigo de su ex prometido vino a la ciudad y la dejó más que
sorprendida cuando se fue derechito a ella, decidido a devolverle a su rostro
su maravillosa sonrisa.
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