En cuanto subió al tren y se sentó, Matthew se
quedó fascinado con aquella pasajera desconocida que viajaba frente a él.
Cuando ella, por confusión, se llevó su teléfono móvil le dio la disculpa ideal
para volver a verla.
Después de que su marido muriera dejándole un
montón de deudas, Georgia se negaba a compartir su vida con otro hombre.
Matthew Fraser podía ser rico, maravilloso con sus hijos y acudir
constantemente en su ayuda, pero ella no iba a dejarse atrapar por sus
encantos, ni permitiría que se instalara en su corazón.
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