domingo, 30 de marzo de 2014
El Caballero al Desnudo
Él no podía negarse
John Parker-Roth no cree que el matrimonio sea necesario para alcanzar la felicidad. Prefiere continuar dedicando su atención a la horticultura, pero si encontrara a una mujer que compartiera su pasión por las plantas, una mujer sensata y tranquila, puede que entonces reconsiderara esa opción. Pero seguro que esa bella mujer que acaba de caer en su regazo no es ella, porque no posee ninguna de esas dos admirables cualidades. Aunque es cierto que la Señorita Margaret Peterson tiene muchas cosas a su favor. Para empezar es una verdadera Señorita inglesa, que se ruboriza adquiriendo un exquisito color rosado. Y además no va completamente vestida. Su boca carnosa pide a gritos que la besen. Ojalá no se moviera de esa forma. Oh, Dios mio. Imposible ignorar la repentina visión de ella en su cama, aunque eso sería lo correcto.
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