Juntos brillarían como los diamantes.
¿Qué hacía falta para que Danielle Hammond diseñase un collar para
uno de los diamantes más caros del mundo? Quinn Everard, bróker especializado
en joyas, era capaz de utilizar el chantaje para que Dani aceptase el encargo.
Ella era la única diseñadora que podía llevar a cabo aquel trabajo… y la única
mujer que él quería en su cama.
Tras ponerle como condición que diseñase el collar en su propia
casa, el millonario no tardó en seducirla. No obstante, debía tener cuidado,
porque esa mujer sexy e inteligente podía descubrir todos sus secretos.
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