martes, 17 de septiembre de 2013

La condeza rebelde

Sawyer Langsford, conde de Melton, jamás había permitido que nadie se interpusiera en su objetivo de levantar un imperio mediático. Si tenía que casarse con Tamara Kincaid para cerrar un trato con su padre, así sería.
A pesar de que Sawyer y ella eran como el agua y el aceite, Tamara también tenía sus propios motivos para aceptar un matrimonio de conveniencia. No obstante, cuando su padre subió la apuesta y exigió que le dieran un nieto, Sawyer empezó a ver a su prometida de un modo completamente nuevo.

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