Jordan adoraba
a su hija y era incapaz de negarle nada; por eso cuando la niña le pidió que
contratara a Felicity Fairfax para que fuera su niñera y viviera con ellos, él
no pudo hacer otra cosa más que aceptar... ¡a pesar de todo el rencor que
sentía hacia la familia Fairfax!
Ni
Felicity ni él podían dar crédito a que la convivencia hubiera desembocado en
una irrefrenable atracción. ¿Cómo era posible que estuvieran enamorándose? Para
complicar las cosas, viviendo bajo el mismo techo resultaba imposible ocultar
nada, especialmente un deseo tan fuerte como el que sentían o un secreto de
familia que estaba a punto de cambiarlo todo.
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