Cuenta conmigo
El comandante Hank
Renshaw lo sabía casi todo sobre Gabrielle Ballard. Casi todo salvo cómo
sería acariciarla porque
era la prometida de su mejor amigo. O lo había sido hasta que Kevin
murió en el campo de
batalla, después de hacerle prometer que buscaría a Gabrielle. De modo
que estaba en Nueva Orleans,
en el apartamento de Gabrielle, viéndola darle el pecho a su
bebé. No era el honor ni
el sentido del deber lo que hacía que quisiera quedarse, sino el deseo
que sentía por ella, así
de sencillo; el deseo de tomar a la mujer a la que siempre había amado
y, por fin, hacerla
suya.
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