¿Podría aquel romance de oficina acabar en un paseo hacia
el altar?
Cuando Taryn Webster aceptó aquel empleo
de secretaria del guapísimo millonario Jake Nash, se dio cuenta de que tendría
que luchar contra la atracción que sentía hacia él. Pero Taryn estaba empeñada
en no mezclar los negocios con el placer, por lo que se esforzó en mantener las
distancias.
El problema fue que Jake le pidió que lo
ayudara después de las horas de trabajo. Al principio Taryn se negó a hacerlo,
pero el jefe no tardó en convencerla con sus persuasivos argumentos… por no
hablar de su encantadora sonrisa y sus tentadores ojos.
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