viernes, 28 de marzo de 2014

No quiero tu compasión

Lo que sentía por aquel hombre iba mucho más allá de la compasión y la pena.
Su sentido del deber y el deseo de complacer a su padre hicieron que Fleur Maynard accediera a emprender una misión que a otros les había resultado imposible llevar a cabo: animar a Alain Treville, un joven conde francés cuya ceguera le hacía sentir una profunda amargura que descargaba sobre los demás.

Tras pasar varias semanas a su lado, Fleur comenzó a enamorarse de él, a pesar de su arrogancia, su excesivo orgullo y sus comentarios hirientes. Tras ese tiempo, Alain se sometería a una operación y regresaría a Francia, por lo que Fleur debía olvidarlo. Pero entonces él le hizo proposición de lo más sorprendente…

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