Solo le quedaba una cosa con la que negociar: su cuerpo
Gracias al escándalo financiero protagonizado por su padre, Morgan Copeland pasó de ser la reina de la prensa rosa americana a caer en desgracia de la noche a la mañana. Aferrándose a la última pizca de orgullo que le quedaba, buscó la ayuda del marido al que un día había abandonado, sabiendo que para convencer al implacable Drakon Xanthis tendría que ponerse de rodillas y suplicar. Al principio no fue más que la mujer florero del magnate griego, pero la explosiva pasión que surgiría entre ellos iba a sorprenderles a los dos…
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