Rob Leicester era tan rico como arrogante y, al
principio, a Caiti le resultó muy duro trabajar para él. Pero la hostilidad se
convirtió en atracción y la virginal Caiti se entregó al guapo australiano. No
cabía en sí de gozo cuando Rob le propuso que se casaran. Sin embargo, su
alegría se trasformó en vergüenza al descubrir que Rob se había casado con ella
por conveniencia. No le quedaba otra opción que abandonarlo y rehacer su vida
en otro sitio. Pero Rob no parecía dispuesto a dejarla marchar...
En cuanto pudo apareció en
su vida de nuevo y le pidió que fuera su esposa... pero esta vez de verdad
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