Jenna Deane había conseguido un
magnífico empleo. Aquello era estupendo porque su vida no había sido nada fácil
desde que su marido la había abandonado
por otra mujer, dejándola sola con su hijita.
Pero su nuevo jefe era todo un desafío.
El importante abogado Alex Morrell, conocido por sus tácticas despiadada, había
dejado muy claro desde el principio que esperaba que su secretaría estuviera
localizable siempre que la necesitara.
Pero él no sabia que tenia una
hija. Entonces lo acompaño a París en un
mágico viaje de negocios. Acabó en la cama con él... y supo que se había
enamorado.
Estaba a las órdenes del Jefe... en todo lo que deseara.
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