A pesar de los hermosos ojos
azules y la fría sofisticación de su nuevo jefe, Lidia no pensaba rendirse a la
peligrosa atracción que sentía por él. Tenia que pensar en su pequeña hija
Hannah, y Wolf había dejado muy claro que el amor y el matrimonio no estaban en
su agenda. El dilema de Lidia era si quería derretir la barrera de hielo que él
tenía alrededor del corazón o no... y si era así ¿cómo?
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